El niño impulsivo

Se ha hablado mucho de los niños impulsivos, pero para confirmar que es efectivamente impulsivo aquiívan algunas pistas para detectar el niño impulsivo:
1. Primero hace, luego piensa.
2. Contesta antes de acabar de oír la pregunta.
3. Dificultades para aguardar el turno en los juegos.
4. Mal perder. No soporta que le ganen.
5. Interrumpir o estorbar a los demás.
6. Baja tolerancia a la frustración.
7. Poco auto control.
8. Desobediencia, negativismo.
9. El niño reconoce su problema pero no puede controlarlo y reincide.
10. Puede involucrarse en actividades físicas peligrosas sin valorar sus consecuencias.
11. En niños pequeños se dan fuertes rabietas incontroladas.
Esta activación de los niños impulsivos supone la liberación de una serie de sustancias internas (neurotransmisores, hormonas) que preparan al cuerpo para una reacción motriz inmediata. Es una energía que está ahí y debe "liberarse" de alguna manera. La más habitual (según edad): las rabietas, los gritos, las huidas, etc.
Regularmente los niños con TDAH o, simplemente, con síntomas de impulsividad, tienen antecedentes familiares de primer grado que manifestaron o manifiestan el mismo problema. Por tanto, la vía genética o herencia determina cierta predisposición a manifestar los síntomas en hijos de padres también con caracteres fuertes, impulsivos o con poca tolerancia a la frustración.
Pero la impulsividad no es tan sólo un factor que podemos heredar sino también una manifestación cognitiva y conductual que puede potenciarse o disminuir en función del entorno.
Es importante establecer la diferenciación entre una impulsividad primaria de la secundaria. En el primer caso, la impulsividad estuvo presente desde el mimo momento de nacer el niño sino antes (excesivos movimientos fetales) y es la que suele tener un componente genético más evidente. La secundaria aparece o se potencia en un momento dado del desarrollo normalmente asociado a factores de inestabilidad afectiva, cambios imprevistos, traumas, separaciones, etc. El peor de los escenarios es cuando un niño genéticamente predispuesto para ser impulsivo tiene, a su vez, un entorno poco acogedor o desestructurado.